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Podología: tratamientos habituales
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En podología, los tratamientos habituales que tenemos que poner en práctica son muy diversos. Y es que, aunque a veces encontramos casos particulares, en la mayoría de afecciones que se nos presentan encontramos similitudes bastante comunes.
El podólogo, en cualquier caso, hará un estudio previo para elaborar un diagnóstico adecuado con el fin de corregir cualquier alteración en el pie o en la pisada, evitando alteraciones, malformaciones, etc.
Y es que, como hemos dicho en innumerables ocasiones, el pie es muy importante en la anatomía humana. Aquí hay infinidad de terminaciones nerviosas, el cuerpo contacta con el suelo a través de las plantas, etc. Así pues, hay que mantenerlos sanos y pulcros.
No olvidemos, además, que son los pies los que forman parte de nuestros diferentes aparatos, como el muscular, el nervioso e incluso el locomotor. Todo ello los hace muy importantes para el bienestar. De ahí que cuidar las dolencias y alteraciones en cuanto aparezcan sea muy conveniente.
El podólogo puede estar especializado en diversos campos. Sea como fuere, podrá poner en marcha tratamientos, tendrá la potestad de recetar farmacología, instaurar trabajo de anatomía e incluso hacer intervenciones quirúrgicas.
Y es que es labor del podólogo realizar funciones de cuidado y tratamiento, todo ello basado en anatomía, farmacología, fisiología, patofisiología y cirugía, con el fin de obtener resultados óptimos y saludables para sus pacientes.
Dicho esto, podemos ir viendo los tratamientos más habituales. Y, sin duda, es muy común el de podología general, donde se incluyen cuidados de alteraciones y problemas habituales en los pies relacionados con las actividades o situaciones en que se encuentran.
Lo más común en este tipo de situaciones es que los podólogos se centren en el tratamiento de hongos, en la quiropodia, el cuidado de juanetes y callos, la eliminación de papilomas, el tratamiento del pie diabético y un largo etcétera, como infiltraciones, por ejemplo.
Aquí, el profesional se centra, sobre todo, en pacientes dedicados al deporte de una forma profesional o aficionada. Así pues, hay ciertas peculiaridades a tener en cuenta, ya que la actividad centrará los problemas que puedan surgir y las mejores soluciones para los mismos.
En esta rama se estudia el pie para la práctica habitual del deporte, pues puede ser duro, dado que va a tener mucha carga de trabajo. Así pues, habrá un desgaste extra, sobre todo si incluye carrera, saltos, etc.
En la rama deportiva, el podólogo centra su trabajo en la atención, la prevención de lesiones, el aumento del rendimiento del deportista y otras funciones que pueden implicar estudio de la pisada, creación de plantillas y análisis de la carrera técnica para mejorar de forma biomecánica el trabajo del implicado.
Con todo esto, el podólogo es capaz de localizar posibles alteraciones que pudieran provocar lesiones o reducir el rendimiento. Con un tratamiento temprano y eficaz, y con la prevención, se evita que dichas lesiones puedan acabar por ser crónicas.
Por su parte, también es común encontrar podólogos especializados en niños, ya que sus pies están en pleno desarrollo y crecimiento y es el momento de tratar y prevenir, para que los pequeños evolucionen de manera correcta.
Aquí encontramos un amplio trabajo por parte del podólogo. Y es que, como decimos, un pie en desarrollo necesita mucho cuidado y bastante atención. Aquí, si se detecta algún tipo de malformación o desarrollo inadecuado, hay que actuar pronto, para que los pies sigan evolucionando de manera saludable. Así evitaremos que, de cara al futuro, afecte a caderas, rodillas y demás.
Por tanto, el podólogo, en combinación con otros expertos, estudiará que las rodillas de los niños estén bien alineadas con el resto del cuerpo. También analiza las posibles sobrecargas en diversas zonas según la forma de andar. Y mirará las futuras consecuencias patológicas y las mejores formas de atajarlas corrigiendo de cara al futuro cualquier elemento no conveniente que aparezca de forma temprana.
Es común tratar afecciones como el pie plano, las marchas en abducción o adducción, las rodillas en forma de X, que también se conoce como genu valgo, las piernas de vaquero o en paréntesis, e incluso los pies cavos, cuando tienen mucho puente en su parte central.
En el campo de la podología, tratamientos habituales hay muchos y son bastante comunes. Sea como fuere, lo importante es que, si tienes un problema en tus pies, nos contactes y nos consultes. Los expertos de nuestra clínica podrán echarte una mano y orientarte para encontrar juntos la mejor solución a tu situación.
Sea como fuere, ahora que sabes cuándo acudir a la clínica podológica, recuerda que nos puedes contactar para resolver cualquier duda que te asalte. Nuestro equipo experto encontrará la mejor solución a tu caso concreto.