La podología en la tercera edad

También llamada podología geriátrica, esta especialización centrada en la podología en la tercera edad es clave, ya que es en esta época cuando aparecen muchos problemas en los pies.

Sin duda, y como su nombre indica, se especializa en el pie del anciano, que ha soportado muchos pasos y años, y que empieza a notar el correr del tiempo, por lo que hay que cuidarlo con especial mimo y especialización para que mantenga su movilidad, para prevenir caídas, y para lograr que los mayores sean lo más independientes posible.

Los problemas más comunes que trata la podología en la tercera edad

¿Qué patologías suelen tratar los podólogos especializados en geriatría? Hay muchas, pues la mala circulación, por ejemplo, puede provocar lesiones, complicaciones y demás. Así pues, cuando se superan los 65 años, toca cuidar con mucho tiento a estos pacientes:

  1. Alteraciones en los pies: hay muchas, algunas muy conocidas. Entre las más llamativas y célebres destacan los pies planos, los pies cavos, los pies valgos, los pies varos, los espolones y el famoso Hallux valgus, es decir, el juanete que se provoca por la deformidad del dedo gordo, lo que crea una prominencia lateral del hueso de la zona.
  2. Alteraciones en la piel y en las uñas: en este caso podemos hablar de los también tristemente famosos callos, esos engrosamientos de la piel que se suele causar por el uso inadecuado de zapatos que no se ajustan bien a los pies. Se incluyen en esta categoría también las duricias, que engrosan la piel del pie en mayor tamaño que el callo y sin bordes definidos. Y no nos olvidamos de los ojos de gallo o helomas interdigitales, la onicogrifosis, la onicodistrofia, las grietas y las úlceras. Para saber más sobre ellas, no dudes en consultar con nuestros especialistas.
  3. Malas posiciones de los dedos: en este caso podemos hablar de múltiples problemas que pueden presentar los ancianos y las personas de la tercera edad. Por ejemplo, los dedos en garra, que deforman los dedos del pie en la flexión de la base del dedo. Igualmente encontramos los dedos en martillo, los dedos en maza y los dedos supraductus, que aparecen cuando un dedo se superpone a otro.
  4. Deshidratación de la piel de los pies: se produce cuando se pierde tejido adiposo en la zona del pie. La deshidratación también puede ser un factor que aumente la posibilidad de sufrir lesiones en los pies, hecho que aumenta durante la senectud, de ahí que haya que tener un cuidado muy especial de estas extremidades.

La prevención

En la podología en la tercera edad cobra una especial importancia la prevención y el cuidado. Por ello los expertos aconsejan un cuidado extremo de estas extremidades, para evitar lesiones innecesarias y daños varios.

Consejos de cuidados de pies

¿Qué se recomienda durante la vejez para que los pies no sufran o sufran menos? Entre otras cosas, por ejemplo, estas:

  1. Correcta hidratación. No solo bebiendo agua a menudo, también lavando bien la zona de los pies para que estén limpios, aseados y lejos de suciedad, hongos y demás.
  2. Uso de calzado adecuado. Durante la tercera edad es muy importante el uso de calzado adecuado a las necesidades de las personas.
  3. Plantillas si fueran necesarias. Puede ser que una persona mayor necesite plantillas. En cualquier caso, si lo ha recomendado el podólogo, hay que usarlas siempre en cualquier calzado.
  4. Visitas al podólogo. No cabe duda de que el podólogo se convierte en una figura imprescindible en esta época de la vida. Las visitas periódicas para asegurar que todo está como debe son clave para que el anciano se mantenga en forma, autónomo, previniendo dependencias y caídas innecesarias.

Complicaciones y recomendaciones

Es habitual que aparezcan complicaciones, sobre todo en relación a trastornos crónicos que afectan a los pacientes de la tercera edad. Por tanto, visitar al podólogo de forma periódica es una necesidad clave para evitar que estas se vuelvan complejas y peligrosas.

Dicho esto, las valoraciones continuadas y las curas periódicas son importantes para reducir los riesgos de complicaciones en afecciones crónicas que sabemos que estarán ahí siempre, pero cuyas consecuencias negativas se pueden minimizar con los cuidados adecuados. Recuerda, la podología en la tercera edad es más importante que nunca. De ahí que sea necesario contar con un profesional de ramo que conozca bien el historial clínico del paciente y todas sus necesidades concretas. Si crees que nosotros podemos ser esa clínica, no dudes en contactarnos cuanto antes para ponernos manos a la obra con tu caso ya mismo.

CLINICA PODOLOGICA HERMOSILLA PODOGRANDE

Calle de Hermosilla, 108

28009 Madrid

www.podogrande.com

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